A raíz de una nota del diario “La Nación”(1), donde una monja de clausura de la orden de las Carmelitas Descalzas de Cádiz , da ciertos consejos para éstos días de cuarentena, comparto con ustedes algunas ideas que seguramente resulten de ayuda en nuestros hogares.
La monja, quien cita a Dorothy Parker (poeta norteamericana 1893-1967) nos recuerda que “ El aburrimiento se cura con curiosidad. La curiosidad no se cura con nada”.
Cierta vez leí que todos nosotros nos asemejamos a un aljibe. En nuestro interior poseemos un tesoro. Lo que realmente somos. Lo profundo de nuestro ser. Para descubrir cómo somos debemos tener el coraje de asomarnos a ese “pozo” y descubrirnos a nosotros mismos. La curiosidad nos mueve. Nos impulsa a conocernos. Con nuestras carencias y capacidades. ¿Cuáles pueden ser algunos disparadores para conocernos mejor?
Preguntarnos:
Sobre mí:
- ¿Cómo es mi carácter? ¿Domino mis emociones o soy impulsivo/a? ¿Qué me enoja? ¿Qué me entristece?¿Que me da alegría? ¿Cuáles son mis mayores virtudes?¿Cuales son mis mayores defectos?
Sobre mi familia y amigos:
- ¿Soy buena madre/padre/hijo/hermano/a? ¿En que puedo mejorar con mi familia? ¿Cómo soy como amiga/o? .Pensar en casos concretos, momentos en que debí ayudar, estar presente, etc
Sobre mi actividad:
– ¿Me gusta lo que hago?, ¿Qué proyectos tengo? ¿Qué me motiva? ¿ Qué puedo hacer para disfrutar más de lo que hago?
Sobre mi espiritualidad:
Ya que todos tenemos una dimensión espiritual, ¿Cómo cultivo mi espíritu? ¿Cuáles son mis lecturas y la calidad de lo que veo en televisión? ¿Si tengo religión: la cultivo? ¿Soy coherente entre lo que digo y lo que hago?¿Cómo puedo mejorar y concretamente en qué?f
En estos tiempos puede ser el mejor momento para encontrarnos con nosotros mismos. Para “asomarnos” a nuestro “aljibe” debemos dedicar un espacio a observarnos y a descubrirnos en nuestro propio silencio. Una especie de introspección para ser capaces de sacar lo mejor de cada uno y de comprendernos a nosotros mismos y a los que nos rodean.
Del estar con uno mismo nace la creatividad. Del recurso último de encontrarnos y sorprendernos con nuestras propias posibilidades de transformarnos y transformar nuestro entorno. Una madre creando nuevas recetas, un padre inventando historias para sus hijos, hermanos que ingenian un juego , todos exploran su creatividad. También nosotros, en el proceso de conocernos, podemos ser creativos e idear cambios en nosotros mismos y en relación con los demás.

En estos días, donde la familia se encuentra cara a cara, se presenta una gran oportunidad de compartir momentos creativos, con alegría y también de introspección. No sólo de ser una familia “bajo el mismo techo”, sino de disfrutar de la soledad y la mutua compañía. Esta es una ocasión para que, lejos del tedio y la apatía, aprovechemos el tiempo para conocernos en mayor profundidad y ser creativos.
Que una vez pasado éste período de prueba, nos hayamos alejado del aburrimiento carente de sentido y que habiendo encontrado una finalidad, seamos capaces de haber crecido como personas y como familia. .
- Nota 20 de marzo de 2020
Por Marieta Benegas Lynch
(Lic. Orientación Familiar, Universidad Austral)